Enfermedades como diabetes, hipertensión, cáncer, lupus, VIH, infarto agudo de miocardio (IAM), esclerosis múltiple (EM), entre otras, pueden provocar reacciones emocionales difíciles de afrontar, ya que la persona a la que diagnostican o la familia no solo se enfrenta a un dolor físico, sino también emocional, psicológico y hasta social o económico.
Aceptar y hacerse a la idea de que se padece una enfermedad crónica puede llevar tiempo, afectando la manera en que uno piensa y siente y la capacidad para manejar las demandas de la vida diaria.


